martes, 30 de octubre de 2012

I break for Squirrels



Yo no he crecido en este barrio. Él tampoco. Pero a veces me gustaría. 

Supongo que habría sido uno de esos niños que juegan en el backyard de la casa del vecino a caballeros medievales con sus bicis. Casi me sacan un ojo hace años por una tontería parecida. 
Supongo que habría mirado con más detenimiento a las zarigüeyas muertas de la carretera. Habría dibujado colibríes sentado en la mesa del jardín y no gaviotas. Y ese sonido que hacen como de estarse riendo, como hienas blancas con sus picos siempre manchados de sangre o maquillaje. 
Habría plantado calabazas y guisantes y tomates grandes y pequeños. Y habría hecho después mermeladas con ellos porque si tienes un huerto como el que imagino, en algún momento te tienen que salir los tomates por las orejas. 
Habría que tener cuidado con los conejos porque aquí no se los comen. Ni siquiera guisados, con su arroz y sus verduras. Van por ahí a saltitos. Cientos de bugs bunnies adorables sin miedo a terminar flotando en una cazuela al ritmo del gas de los fogones.
Y habría cogido uno de esos autobuses amarillos para ir al colegio. O el otro, o el siguiente. Elegiría uno tarde o temprano porque no paran de pasar. 
Y habría ido a la casa del árbol del vecino a jugar con su hija mientras Fernández Mallo pasea a un perro chato y fofo calle arriba y calle abajo. O perseguiría al gato de la casa de la esquina. O miraría con envidia al viejo motero que vive en frente con su sidecar y su casco de cuero. Y al crecer, jugando en la casa del árbol tarde o temprano se crece, habría compartido un porro con el adolescente con pinta de irse a rebelar mañana, hoy, ahora mismo, contra el mundo y contra sus padres mientras deja un olor dulzón en el césped de la entrada.
Iluminaría calabazas al llegar octubre, nunca tan perfectas ni tan torpes como las de los otros niños. Y me disfrazaría entonces de nada y de todo. Porque siempre me han gustado los disfraces complicados.

Pero sobre todo, llegado el caso, siempre, siempre, frenaría por ardillas.

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