martes, 30 de octubre de 2012

I break for Squirrels



Yo no he crecido en este barrio. Él tampoco. Pero a veces me gustaría. 

Supongo que habría sido uno de esos niños que juegan en el backyard de la casa del vecino a caballeros medievales con sus bicis. Casi me sacan un ojo hace años por una tontería parecida. 
Supongo que habría mirado con más detenimiento a las zarigüeyas muertas de la carretera. Habría dibujado colibríes sentado en la mesa del jardín y no gaviotas. Y ese sonido que hacen como de estarse riendo, como hienas blancas con sus picos siempre manchados de sangre o maquillaje. 
Habría plantado calabazas y guisantes y tomates grandes y pequeños. Y habría hecho después mermeladas con ellos porque si tienes un huerto como el que imagino, en algún momento te tienen que salir los tomates por las orejas. 
Habría que tener cuidado con los conejos porque aquí no se los comen. Ni siquiera guisados, con su arroz y sus verduras. Van por ahí a saltitos. Cientos de bugs bunnies adorables sin miedo a terminar flotando en una cazuela al ritmo del gas de los fogones.
Y habría cogido uno de esos autobuses amarillos para ir al colegio. O el otro, o el siguiente. Elegiría uno tarde o temprano porque no paran de pasar. 
Y habría ido a la casa del árbol del vecino a jugar con su hija mientras Fernández Mallo pasea a un perro chato y fofo calle arriba y calle abajo. O perseguiría al gato de la casa de la esquina. O miraría con envidia al viejo motero que vive en frente con su sidecar y su casco de cuero. Y al crecer, jugando en la casa del árbol tarde o temprano se crece, habría compartido un porro con el adolescente con pinta de irse a rebelar mañana, hoy, ahora mismo, contra el mundo y contra sus padres mientras deja un olor dulzón en el césped de la entrada.
Iluminaría calabazas al llegar octubre, nunca tan perfectas ni tan torpes como las de los otros niños. Y me disfrazaría entonces de nada y de todo. Porque siempre me han gustado los disfraces complicados.

Pero sobre todo, llegado el caso, siempre, siempre, frenaría por ardillas.

jueves, 18 de octubre de 2012

Extractos de las Cartas de Relación (I)

Nota del editor

Presentamos a continuación varios extractos de las Cartas de Relación de los bachilleres Joseph Pablo Barragán e Cristián Supiote, halladas en un manuscrito inédito conservado en la Sección de manuscritos y libros raros de la biblioteca de la University of Iowa, y en las que supuestamente narran sus viajes por el Medio Oeste norteamericano.

La letra del manuscrito es virtualmente indescifrable debido al mal estado de conservación del documento. La única excepción son los títulos de los capítulos y secciones, que transcribimos a continuación para dar una idea aproximada del contenido de las Cartas.  Más destacables que el texto del manuscrito son los dibujos que lo acompañan y que reproducimos a continuación. 

De los autores de las Cartas nada hemos podido averiguar en las fuentes documentales que hemos consultado.  La única constancia que tenemos de su existencia es precisamente el propio manuscrito de las Cartas.  Nada hay que nos permita, por lo tanto, confirmar si su existencia es real o si son meros entes de ficción.

* * *

Parte primera - Del mercado de la uilla que los natiuos llaman Temoi* y de las notables cosas que allá les acontescieron y de las que uieron y se marauillaron sobremanera

I. De las ovejas vestidas al modo de penitentes naçarenos 




II. Del marrano que dizen pesaba más de cuarenta arrobas 
o lo que es lo mismo más de cuatro quintales



III. De cómo los mozos paseaban a las vacas por uer si las 
suyas eran las más fermosas de la tierra firme toda




IV. De las distintas clases de cerveça que allá les dieron los natiuos
y de cómo ellos las probaron por uer si eran tan buenas como les descían





* Nota del editor: El autor del manuscrito se refiere aquí a la ciudad de Des Moines, capital del Estado de Iowa.  El "mercado" del que habla se trata, con casi absoluta seguridad, de la Feria Estatal de Iowa (Iowa State Fair).  No nos ha sido posible determinar con seguridad la fecha exacta en la que se celebró la citada feria.  Las vestimentas de los personajes hacen pensar, sin embargo, en el verano.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Tanta gente gorda #1

... Se trataba, en definitiva, de saber en qué momento, bajo qué circunstancias y de qué modo un país que glorifica el ejercicio y trata a sus deportistas casi mejor que a sus héroes de guerra comenzó a deslizarse por la lenta pendiente que conduce a la gordura ...


Testimonio #1 - Feria del Estado de Iowa, Des Moines, 11 de agosto de 2012 (Iowa State Fair, Des Moines, August 11th 2012)

#1.1 - Vaca esculpida en mantequilla a tamaño natural 



#1.2 - Galletas Oreo rebozadas y fritas a modo de buñuelos



#1.3 - Cartel publicitario anunciando bacon con chocolate




domingo, 30 de septiembre de 2012

La vida es una película norteamericana



En 1993 un niño llamado Danny Madigan entraba en una sala de cine con un flamante billete dorado y era transportado al interior de una película donde lo esperaba Jack Slater, donde los coches siempre tienen las llaves puestas, la gente no echa el cerrojo en sus casas y las heridas siempre son de poca gravedad.

Nosotros no hemos comprado ningún billete dorado pero aquí estamos. Metidos en medio de una película norteamericana. Aquí están las fraternidades, los carteros en pantalones cortos con los calcetines cubriéndoles las pantorrillas, y los buzones a los que van, esos barrios en los que todo el mundo se saluda...

Entras en el país y te adaptas a la vida como puedes, y te das cuenta de que nada es realmente nuevo porque ya lo has visto antes, porque lo has vivido antes, como en un fallo en Matrix. En un deja vu que no es tuyo, que no es de nadie salvo de la pantalla de proyección que has atravesado sin darte cuenta. Estabas despistado con los trámites de extranjería y con los controles del aeropuerto y sin querer te has pasado el patio de butacas y has acabado en medio de todas las proyecciones de la planilla.

Pero no, exagero. Al menos eso creo. Hay cosas que no nos han contado. Cosas que solo ves si cruzas ese umbral imposible. Cosas que sólo ves cuando no están mirando las cámaras. Porque a las cámaras sólo les interesan los personajes, las pistolas, los collares. Todas esas cosas que hacen avanzar la trama, que desarrollan el argumento.

Os proponemos que os deis un paseo con nosotros por esta película sin argumento. Con una nota más que dudosa en rotten tomatoes. Y recordad, no existen los Danny Madigans, sino los Austin O'Brien, ni los Jack Slater, sino los Arnold Schwarzenegger y la muerte en realidad es Ian McKellen... o tal vez no... porque, ¿alguien sabe quién es Austin O'Brien?